En esta entrada explicaré los métodos
de aprendizaje. Hemos necesitado varias clases para terminar estos
porque de esta forma los hemos comprendido y asimilado con más
precisión. El aprendizaje de los métodos los hemos llevado a cabo
mediante clases en los que Almudena los explicaba, con participación
en clase, una dinámica explicada en la entrada anterior y vídeos
que vimos en la primera EPD (Enseñanzas Prácticas y de Desarrollo).
Comenzaré con el modelo ACADEMISCISTA:
Este modelo se basa únicamente en los
contenidos y se desarrolla con un programa de estos, por lo que todo
está calculado al milímetro y no se produce ningún tipo de
improvisación. El docente solo tiene la preocupación de transmitir
los conocimientos y evaluarlos. Su metodología se lleva a cabo en
una clase magistral en la que el docente, especialista en la materia
y con una preparación previa transmite el contenido. Los grupos
destinatarios son homogéneos y se puede decir que deben ser cajas
vacías, es decir, no deben tener en cuenta ningún conocimiento y
solo preocuparse de aprender los que el decente pretende enseñarle.
Por otro lado, no se realizan debates ni preguntas, el único que
participa en la clase es el docente. Estos tienen los mismos
objetivos, por una parte, los objetivos del docente son transmitir e
informar y los objetivos de los receptores son aprender y SABER. Los
recursos que se utilizan en este modelo son la autoridad y los
conocimientos que el docente transmite con ayuda de pizarras y
diferentes apoyos que presenta un aula. La evaluación se realiza
mediante un examen en el que se evalúan los diferentes conocimientos
memorizados y aprendidos en un determinado tiempo.
En mi opinión, este modelo solo es
efectivo en determinadas situaciones, no siempre, ya que los alumnos
no se sienten motivados y no muestran en general interés en los
contenidos que el docente intenta transmitir. Por otro lado, la
evaluación, al ser solo un examen teórico, hace que los alumnos
solo memoricen el contenido y no lo asimilen.
El vídeo que vimos sobre este modelo
fue un fragmento de la película El amor tiene dos caras, en el que
visualizamos una clase magistral de matemáticas en una universidad
en la que la comunicación se transmitía de forma unidireccional. El
profesor daba la clase para él mismo, por lo que los alumnos estaban
distraídos y pensando en otras cosas que no tenían nada que ver con
la clase. Se observa el poco interés cuando el profesor da por
terminada la clase pero quiere aportar algo más y todos los alumnos
salen rápidamente de clase dando a entender que se sentían
aliviados por el fin de esta.
Otro vídeo que vimos sobre este modelo
fue de la película La sonrisa de Monalisa, en la que se realizaba
una clase de universidad de Historia del Arte. La educación que se
transmitía en este caso era formal.
Continuaré con el segundo modelo que
hemos aprendido en clase, el modelo CONDUCTISTA:
Este modelo se basa en las conductas,
en estudiar y/o cambiar las actitudes y comportamientos de diferentes
individuos. Estos individuos; los grupos destinatarios, al igual que
en el modelo anterior deben ser homogéneos, es decir, tener el mismo
nivel, y deben tener las mismas necesidades y expectativas. El
objetivo marcado es llegar a una determinada capacidad, y se entiende
como finalidad principal el SABER HACER. La metodología se realiza
de forma que se pretende potenciar el desarrollo de aprendizajes
individuales mediante refuerzos positivos y negativos. De esta forma,
se anima al individuo a que cumpla sus objetivos, ya que siempre
querrá recibir un estímulo positivo y hará lo posible por
conseguirlo. La constancia es la base de este modelo. No se deben
cometer errores, por pequeño que sea el error, tendrá consecuencias
negativas. Los recursos más importantes utilizados en este modelo
son la motivación y el refuerzo del aprendizaje individual para
reproducir conductas. La evaluación en este caso se lleva a cabo
mediante el control y la medición de las conductas a las que se
quiere llegar. Esta además de ser final, se realiza de forma
continua.
El ejemplo más claro sobre este modelo
es la Agogé, explicada en la entrada anterior. Otro ejemplo que
también se puede tener en cuenta es una academia militar, en la que
se realiza claramente un modelo conductista.
En la práctica que realizamos con
Almudena, pensamos que el modelo conductista se observaba en el
fragmento de la película Hitch, especialista en ligues. Se producía
una enseñanza no formal, y se veía una clara diferencia entre
docente y decente, ademas de una evaluación. La transmisión de la
información se producía mediante citas que eran pactadas con
antelación por ambos miembros. Se aprecia este modelo porque se
pretende cambiar sus conductas a la hora de ligar con una mujer. Como
se puede apreciar en la película, este modelo se lleva a cabo
mediante modelos de imitación, la enseñanza es individual, no hay
posibilidad de pensar y expresarse libremente y se trabaja a partir
de la práctica.
En la siguiente foto, podemos observar que es necesario que todos los grupos destinatarios sean homogéneos porque si no se encuentran en igualdad de condiciones no tienen la misma posibilidad de llegar al objetivo. En este caso, la evaluación no sería justa.
Dejando atrás el modelo conductista,
explicaré las características principales del modelo HUMANISTA:
Este modelo se basa en un aprendizaje
más subjetivo, existiendo una comunicación entre el educador y el
educado, por lo que el primero muestra de forma dinámica y animada
una gran preocupación y empeño en el segundo. Los grupos
destinatarios son individuos con un tratamiento personal e
individual. Se pretende enseñar a estos teniendo en cuenta sus
características específicas y sus motivaciones, puesto que el eje
del currículum es el individuo que aprende. En este método es
difícil inculcar responsabilidades ya que los estímulos son siempre
positivos, por lo que el educador tiene que esforzarse por que los
alumnos pongan de su parte. Los objetivos en este modelo son la
obtención de valores y actitudes, y como he citado en los otros
modelos, la finalidad principal en este caso es el SABER SER. Los
contenidos son llevar a cabo dichos objetivos mediante un carácter
informativo. La metodología se realiza a partir de dinámicas de
grupo, estrategias con un componente alto en relaciones afectivas y
de elevada autoestima y auto-concepto. Por último, la evaluación no
tiene nada que ver con el modelo academicista, ya que en este caso se
tiene en cuenta el auto-control y y la auto-evaluación. Esta se
realiza a través de trabajos en grupo, dinámicas... motivando lo
máximo a los individuos y de esta forma, sacar el mayor partido de
estos.
Una claro ejemplo de modelo humanista
es preguntar los nombres de los alumnos en la universidad.
Al igual que el modelo academicista, en
la práctica de la clase de didáctica, vimos un vídeo en el que se
observaba perfectamente este modelo. Este fragmento fue extraído de
la misma película, es decir, de El amor tiene dos caras. Se
realizaba en una clase de literatura en la universidad. En dicha
clase se producía una clara participación entre profesora y
alumnos, a tal punto que el único recurso utilizado era esta
comunicación. Por otro lado, como he dicho anteriormente, la
profesora se sabía todos los nombres de los alumnos aún siendo una
clase con un número muy grande de alumnos y todos mostraban
atención, por lo que al contrario que en el vídeo que vimos en el
modelo academicista la comunicación era bidireccional.
Seguiré con el modelo COGNITIVISTA:
Este modelo concibe el aprendizaje en
función de la información, experiencias, actitudes e ideas de una
persona. Es decir, el aprendizaje es un cambio permanente de los
conocimientos, debido a la reorganización de las ideas.
Aquí el docente es un orientador y
facilitador del proceso de enseñanza-aprendizaje y el estudiante es
un agente activo dentro de este proceso. Por lo que los grupos
destinatarios son grupos homogéneos que deben seguir una evaluación
psicológica.
Los objetivos en este modelo son el
desarrollo de procesos mentales. En dicho modelo se deben asimilar
diferentes conocimientos para después SABER TRANSMITIRLOS, es decir,
a la hora de plantear un problema, el individuo debe saber buscarle
una solución. En este método se pasa de lo sencillo a lo complejo.
La evaluación por lo tanto se realiza mediante la resolución a
problemas.
Por último, tenemos el modelo
SOCIOCRÍTICO:
Destaca el papel del contexto
histórico, social, cultural, económico, familiar, escolar, en el
proceso educativo y el aprendizaje en particular. Este modelo postula
una concepción histórica del conocimiento y no absoluta,
ponderándose los valores de la razón, libertad y humanidad. El
docente es un facilitador, un estimulador de experiencias vitales y
el estudiante desarrolla su personalidad y sus capacidades cognitivas
en torno a las necesidades sociales. Por lo que los grupos
destinatarios son grupos sociales y culturales con necesidades
formativa y de emancipación. Los objetivos tienen una gran carga
ideológica y tienden a transmitir. La metodología utilizada en este
modelo es grupal. Dichos grupos pretenden configurar una presión
“política”, además de tomar decisiones curriculares. Los
recursos que se tienen en cuenta son documentos, gráficos,
documentales... y por último, la evaluación se lleva a cabo
mediante alternativas de intervención pactados con el grupo, por lo
que hay una gran comunicación entre los miembros de esta.
En conclusión, como ya comenté en una
entrada anterior, considero que cada modelo puede ser utilizado en un
momento determinado, y que la estancación en uno de ellos no lleva a
ningún objetivo. Todos ellos tienen sus ventajas y sus
inconvenientes, por lo que un conjunto de todas las características
positivas de cada uno de ellos haría un modelo “ideal”.
Aún así, pienso que siempre es
difícil saber en que momento debe ser utilizado cada uno, y que se
necesita un periodo de adaptación y mucho trabajo para conseguir que
la utilización de cada uno de ellos sea efectiva.